ME DIRIJO A VOSOTROS
Todo experimenta el amor de Dios … incluso la criatura más diminuta que vosotros, los seres humanos, no podéis ver a simple vista. Pues no existiría si la fuerza del amor de Dios no fluyera a través de ella, manteniéndola existente. Y, por lo tanto, nada permanece en el mismo nivel, sino que todo progresa imparablemente, aunque tarde eternidades hasta alcanzar la etapa en que debe demostrar su valía como ser humano. El amor de Dios la ha guiado hasta esta etapa, y el amor de Dios garantiza que nada quede excluido de este desarrollo ascendente, pues la voluntad de Dios determina su curso a través de las creaciones de esta tierra, y esta voluntad está verdaderamente guiada por el amor y la sabiduría de Dios.
Por cierto, que el ser humano puede ser influenciado por el adversario de Dios, puede ciertamente impedir que lo espiritual, aún atado en las creaciones, llegue a servir … Pero Dios entonces lo recupera y le asigna su función de servicio, pues lo que el ser humano destruye en su ignorancia, lo espiritual liberado no cae en manos de adversario de Dios, sino Dios lo retoma y le asigna una nueva estancia donde puede continuar su curso interrumpido de desarrollo. Y así, todo lo espiritual finalmente alcanza el grado de madurez que permite la encarnación como ser humano …
Pero ahora, sin embargo, el amor de Dios pertenece a este espiritual encarnado como ser humano, pero este amor ya no determina sus acciones, sino que el ser humano ahora tiene plena libertad para dar a su voluntad la dirección que desee … así, para ser activo sirviendo en amor, o para rechazar esta actividad y, en cambio, gobernar y vivir solo para su amor propio en la Tierra. Y Dios le concede esta libertad porque esta es la prueba que se le exige superar.
Sin embargo, el amor infinito de Dios ahora guía toda su vida terrenal para que continuamente pueda dar a su voluntad la dirección correcta, para que, aunque sea libre, pueda someterse por completo a la voluntad divina. Y hasta la muerte del humano, Su guía será evidente, porque Su amor nunca cesa y se dirige especialmente a lo espiritual en su etapa final en esta Tierra, pues corre el peligro de rendirse de nuevo al adversario de Dios, del que, sin embargo, debe liberarse.
Y el amor tampoco disminuye, incluso si el ser se distancia de Dios … Entonces los medios de salvación que Dios usa también se vuelven cada vez más poderosos para aumentar su efectividad … Pero el ser humano aún se queda con su libre albedrío, y esta es la única razón por la que, a pesar del amor infinito de Dios, el curso del desarrollo en la Tierra tampoco llega a la finalización que garantiza a lo espiritual la plena libertad en luz y fuerza … aunque puede lograrse. Solo el libre albedrío determina si el curso del desarrollo ha sido en vano o si lleva a la libertad final, pero el amor de Dios no disminuye, incluso si el ser falla en esta prueba de voluntad … Y por lo tanto, el amor de Dios crea continuamente nuevas posibilidades, porque no deja que lo esencial caído permanezca en lo profundo …
Y el amor de Dios es la justificación de las obras de creación que aún siguen surgiendo a lo largo de la eternidad, que siempre sirven solo para la Redención de lo espiritual, que están inspiradas por ese espiritual que debe completar el curso de desarrollo ascendente en un estado atado … Estas creaciones garantizan el logro de un cierto grado de madurez, pero en la etapa humana, el libre albedrío devuelto al ser puede volver en peligro este grado de madurez … Y sin embargo, a lo espiritual se le debe conceder esta libertad, porque de lo contrario sería imposible lograr la perfección, que es el objetivo último de todo lo espiritual que han surgido del amor de Dios … que por lo tanto, debe convertirse a sí mismo en amor para poder regresar a Dios, para llegar a ser perfecto y permanecerlo eternamente …
Amén